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Deriva urbana 2010-2013
Comencé a fotografiar la ciudad para registrar lo que era visible.
sus edificios, sus calles, su luz.
Pero cuanto más miraba, más sentía que las imágenes se parecían a las de todos los demás.
Así que me puse a experimentar. Probé lentes estenopeicas, cambié la configuración y esperé.
Entonces, una noche, apareció una imagen borrosa en mi pantalla.
Suave, pictórico y desconocido.
Fue la primera vez que sentí que la ciudad era mía.
Desde entonces, he seguido deambulando por sus bordes,
capturando no sólo estructuras, sino el temblor de la visión.

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